Hubo en Segovia un niño que no tenía melena pero sin embargo en su cabeza lucía una antena,
y es que de tanto ver la televisión sufría una gran agitación que le puso en el borde de la aniquilación.
Pero todo con un maravilloso crecepelo se arregló, y largo su pelo contra aquella antena acometió.
Y hoy luce aquel niño de Segovia una larguísima melena que va como si tal cosa desde el Eresma hasta el Sena.
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