Pasa el circo por la calle.
Cuatro landós y una murga,
que en los oídos nos hurga
soplando su pasacalles.
Los atletas, la amazona,
los acróbatas, primicias
del circo de arena y lona.
Y –lentejuelas y rasos-
las deslumbrantes delicias
del coche de los payasos.
|