El gusarapito y la gusarapita muy acicalados se van de visita. Pasito a pasito, llegan a una huerta y en ella se meten sin abrir la puerta. Se acercan a un cuadro sembrado de coles donde merendaban diez mil caracoles: -¿Sabéis donde vive la señora oruga, la que siempre estaba comiendo lechuga? -Lo sentimos mucho, pero no sabemos; hace varios días que ya no la vemos. Revoloteando por entre las flores, una mariposa de vivos colores les dice riendo: -Ya no soy oruga, ahora bebo néctar, no como lechuga. Los guasarapitos se quedan mirando cómo se va al cielo revoloteando.
|