Es el destino del humo el que me asombra,
estos astros que culminan en ciclos de cenizas,
el eterno renacer de los espacios, una piel,
el viento, los frutos olvidados.
Es acaso la música que nadie encuentra,
el vuelo presuroso de las briznas,
una astilla de sol en la pupila abierta,
en las fuentes del mundo este rodar sonoro.
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