Díganle al hombre de cabellos blancos
que se detenga que regrese
no le dejen seguir
con frío y pantalones mal planchados
y un sorbo de café
por triste desayuno
como aislado de otro tiempo párenlo
ya no está la condesa
diciendo tonterías
pueden jurarle que no habrá reuniones
de estúpidos patricios
moviendo la cabeza
ante un proyecto suyo no hay cuidado
nadie le echará en cara
su forma de toser
o dormir en el suelo sobre un viejo colchón
soñador de altas formas
de piedra y hierro vivo
con gárgolas de viento y de cerámica
y jardines con niños
jugando y reinventando
si pueden díganle que vuelva ahora
pues no hay que suplicar
comprensión ni paciencia
hay suficiente dinamita puesta
debajo de sus obras
que más han mancillado
y él sabe que es mejor romper volar destruir
que esperar a que pacten
con la memez y ensucien
su nombre su memoria sus imágenes
será por poco tiempo
siempre le apasionaron
desde niño los fuegos de artificio
y si esta noche vuelve
se lo explicamos todo díganle.