Yo sé que el objetivo
esencial de mi vida es la belleza:
crear un artefacto
hermoso, no perfecto
ni equilibrado: bello. Que perfore
los sentidos el alma
los reúna los lance los suspenda.
Yo escribiría un verso
regalado y vibrante
que justificaría mi existencia.
Sin embargo, la vida
se empeña cada día en contrariarme,
me aparta del camino
esencial, y me abruma
para que escriba con significados.
Entonces, hago versos
que en vez de ser hermosos son exactos:
Para nombrar las cosas,
dar sentido a los labios,
lanzar la voz de alarma, amar, reunirnos.
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